Término de origen lingüístico desconocido, que se aplicó en tiempos históricos a los pobladores de la costa norte, desde Cobija a Coquimbo y que vivían de la pesca y la caza de lobos marinos.
Llevaban vida errática, comercializando con los indígenas de los valles, de los que obtenían productos agrícolas a cambio de pescados y mariscos secos.
Se dice que bebían la sangre y el aceite de lobo de mar, cuya piel utilizaban para levantar sus habitaciones, tipo cortaviento, hacer capachos para la minería y construir sus balsas.
Los changos sobrevivieron como grupo cultural hasta fines del siglo XIX, época en que terminaron por ser absorbidos por el auge cuprero y salitrero del Norte de Chile.
En cuanto al origen étnico de los changos históricos, no se tiene certeza si provenían de una misma unidad o de diferentes grupos y oleadas migratorias que se sumaron y adaptaron a una primitiva vida costina, dependiente básicamente del mar.
DICCIONARIO HISTÓRICO DE CHILE Fuentes - Cortés Castillo - Valdés
LOS CHANGOS. RAÍCES DE UN TALTAL MARÍTIMO
Juan Araya, Profesor.
William Bollaert, investigador británico, miembro correspondiente de la Universidad de Chile, realizó en 1828, un viaje por Nueva Granada, Ecuador, Perú y Chile. El resultado de lo que vio lo vertió en un trabajo de cuyo contenido sobre Chile ofrezco a ustedes la traducción correspondiente a los Changos, por lo interesante que resulta conocer el habitat y la interacción social de este grupo étnico que constituye la raíz de Taltal.
"Los Indios Changos. En 1828, cuando estaba en el puerto boliviano de Cobija, 22° 28' S., en mi viaje a lo largo de la costa del desierto de Atacama, fue cuando vi por primera vez unos pocos pescadores changos. Dejé Cobija en un bote rumbo al sur hacia Paposo, navegando durante el día (contra el viento) y remando en la noche, a lo largo de la costa más estéril despedazada y montañosa. Al noveno día vi unos pocos pescadores changos en la costa; ellos comprendían un poco el Castellano, pero su propia lengua era probablemente una mezcla de Atácamenos y Aymara. Al día siguiente tres más salieron en una balsa de piel de lobo marino de la Caleta de Cordón, intercambiando sus pescados secos, el congrio, por harina y coca. Al duodécimo día tres changos más salieron del Rincón (una caleta pesquera) y en ese día yo anclé en Paposo, donde encontré unas pocas familias, gente de Copiapó, quienes estaban allí para intercambiar pescado seco con los changos.
En Punta Grande había tres o cuatro familias de Changos, y en Agua Dulce media docena más, quienes tenían unas pocas cabras y asnos. Habiendo atravesado el peligroso Paso Malo, llegué al Hueso Parado, 25°30' (este lugar se me mostró como el punto divisorio con Bolivia) En Salinas encontré cuatro o cinco familias de Changos; y como ellos habían sido entonces recién abastecidos con vino por los compradores de su pescado seco, los bailes grotescos y los cantos continuaron toda la noche. Este era una especie de velorio o consecuencia de la muerte de dos niños; los cuerpos iban a ser enterrados en Copiapó. Por esto algunos de estos Indios, pudieran ser llamados parcialmente cristianizados.
Los Changos se movían de una Caleta a otra, ellos me contaron que pertenecían al distrito de Copiapó, pero que no pagaban tributo. Ellos iban ocasionalmente con burros cargados con su pescado seco (chaquicillo) a San Pedro de Atacama cruzando un i largo ángulo del desierto, también a Copiapó. Ellos se llaman Changos, pero no pude I descubrir que constituyeran una tribu distinta; y busqué el término Chango (dado a ellos probablemente por los Españoles) concerniente más bien con su miserable • condición y ocupación. Vi cerca de cien, calculé cincuenta más pescando al norte de
Cobija, y otro ciento viajando al interior, lo que harían doscientas cincuenta almas.
Acosta habla de una población de Changos al Norte del Cuzco en 12° 20' S., en el interior en algunos mapas existe un lugar marcado Changos.
D'0rbigny, dice que éstos son los pueblos distintos y que les da un número de mil almas después de visitarlos, los calculé en doscientos cincuenta. El habla de una
"Nación de Changos", y dice que fueron "una vez poderosos" -aunque sí vivían en la costa desértica de Atacama, no tenían como llegar a serlo; él también dice que Cobija era el centro de su asentamiento, pero nada se conoce de su gobierno y religión. En sus huacas (cementerios) abiertos en 1830 en Cobija, los sexos se encontraban enterrados separadamente y a todo lo largo lo que puede ser una transición del Aymará y Quichuas hacia la raza chilena, porque mucho después de la conquista había una gran población indígena en el Valle de Copiapó. Sus chozas, observé, están hechas generalmente de huesos de ballena cubiertas con piel de lobo marino. El pescado era su principal alimento, su pescado seco, el congrio, que ellos intercambiaban con los indios del interior por maíz, géneros para ropa o coca. Ellos generalmente se agrupaban en comunidades junto a los arroyos para evitar las tercianas y los mosquitos, de vez en cuando se abastecían con agua de vertientes en las montañas. Al preguntarle sobre su historia su respuesta era generalmente "sí señor" "no señor"- Ellos pescaban en balsas de piel de lobo marino, la cual es segura en cualquier oleaje. Hace unos años los Changos sufrieron severamente de viruelas y sarampión. Ellos pueden imitar el ladrido o grito del lobo marino, por medio del cual ellos las hacen cercarse, y los arponean fácilmente.
En mi "Perú sureño" vi algunos detalles de la costa de Atacama y la supuesta posición del hierro meteórico de Atacama. Luego el Dr. Phillippi, por orden del gobierno de Chile ha examinado el gran desierto de Atacama y ha determinado la posición del susodicho hierro meteórico en Imilac, en 23° 49' S. 60° 14' W. El habla de los changos como habitando la costa desde Huasco a Cobija y siendo de condición indígena. Los hombres pescan y las mujeres cuidan pequeñas majadas de cabras. Esta clase de vida requiere que cambien frecuentemente sus asentamientos, puesto que el pescado es abundante o escaso, del mismo modo como los pastizales son abundantes o no. Ellos viven en chozas miserables formadas de huesos de ballenas o cactus, cubiertas con pieles de lobo marino, andrajos o huiros, y como la ocupación de los hombres es distinta de las mujeres, ellos raramente viven juntos".